martes, 6 de abril de 2010

Realidades actuales de un legado en extinción (II).

En el número anterior nos referíamos a las comunidades de pueblos originarios, de sus problemáticas en distintos aspectos y de las tradiciones perdidas, en este número ofrecemos una de las tantas opciones que pueden tener para revalorizar su cultura y una forma de ingreso económico para las comunidades como para la región.

Como decíamos en la editorial, el turismo es el desplazamiento temporal y voluntario de una persona, a lugares distintos al de su residencia habitual y la educación es comprender e incorporar nuevas cosas a las que ya sabemos.

Entre las diversas gamas de la actividad turística, una de las que une estos conceptos es el turismo étnico; El turismo étnico se vincula al turismo cultural y se lo define como “una actividad mediante la cual las personas pueden conocer nuevas culturas, revivir mitos, o descubrir leyendas e interactuar con las culturas originarias”.

La Organización Mundial del Turismo lo define como “visita a los lugares de procedencia propia o ancestral. Consiste por tanto, en visitas motivadas por el deseo de reencontrarse con sus raíces, ya sea en los lugares donde pasó parte de su vida o aquellos donde vivieron los antepasados de la familia”.

Esto sería “un turismo sustentable, que pone en valor la cosmovisión de los pueblos originarios, a través de las relaciones interculturales en territorios indígenas, bajo la planificación y gestión activa de sus integrantes, transformándose en un aporte a su desarrollo económico, social y cultural”.

En general la idea de un turismo étnico es poner en valor la identidad cultural de un pueblo originario, distinguiendo cuatro elementos claves:

1) Son los propios residentes los que presentan su identidad cultural a los visitantes;

2) La actividad turística étnica es realizada en su propio territorio, entendiendo como territorio el espacio único que conforman el cielo, el agua y la tierra;

3) Es complementaria a sus actividades y no se transforma en la principal, pero es indudablemente un aporte para su desarrollo económico, social y cultural;

4) Permite la revitalización de la cultura y el fortalecimiento de la identidad, a través del encuentro y diálogo intercultural, propiciando una mejor relación entre la sociedad y los pueblos originarios.

Por parte de los entes públicos y privados, deben generar trabajos en conjunto para la formulación de proyectos en los que los circuitos diagramados incluyan a estas comunidades de pueblos originarios.

Además de la inversión en el equipamiento y la planta turística, en capacitaciones a los pobladores, como forma de establecer mano de obra adecuada para la asistencia de los turistas.

Establecer un marco legal para la protección y conservación del recurso, normas para el apoyo de los turistas, niveles de calidad para la prestación de los servicios.

Y así que el turismo étnico una los distintos puntos de nuestra provincia en sus tres pueblos originarios en historia, educación, turismo y economía para el fortalecimiento y consolidación de la provincia como punto turístico de la región.